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De niño me gustaba pensar en el futuro. Caminando hacia la escuela por el Boulevard A.L.M. veía estacionado un Mustang 76 y estaba enamorado de ese carro. Me decía a mí mismo que cuando fuera grande tendría el dinero suficiente para comprarme un carro igualito a ese que me robaba el suspiro. En la escuela, el año dos mil se escuchaba tan lejano y dibujábamos visiones futuristas de carros voladores y me quedaba pensando que sería de mi con mi Mustang 76 en un mundo de carros voladores y no podía más que ponerme triste y hacerme la idea de que sería mejor que el tiempo no pasará o que al menos no hicieran carros voladores; al final de cuentas, no tenía ganas de ser "grande". Cuando "los reyes" me trajeron una bicicleta, olvide la idea del Mustang y era feliz paseándome por las otrora tranquilas calles de la ciudad; a veces mi papá me llevaba a la ciudad deportiva cuando todavía era bonita y un lugar para la familia. El sentir el aire en mi cara y la velocidad que podía alcanzar en mi bici, pensaba en la dicha del momento y me olvidaba de querer ser grande. Al poco tiempo mi bici simplemente ya no estaba en la casa, un día desapareció y le pregunte a mi mamá que había pasado y me dijo que mi papá la había prestado a alguien y que pronto regresaría. Al día de hoy sigo esperando mi bici, mi papá no la presto más bien la empeño para pagar algunas deudas y nunca pudo sacarla. Las cosas en los ochenta no fueron fáciles para nadie; en aquellos años las crisis eran muy frecuentes, los precios de las cosas aumentaban al doble o más, la gente de las tiendas escondía el azúcar o el café y a la mañana siguiente ya estaban carísimos. El dólar paso de 3 pesos a 12.50 pesos y yo solo pensaba en cuando regresaría mi bici y como no aparecía pues me consolaba en pensar que cuando fuera grande me compraría mi Mustang (gracias a Dios todavía no había coches voladores).
Y luego llego la película de "volver al futuro" y el D´lorean volador; "su pinche madre!!", me quede pensando...de cualquier forma ya no había Mustangs, pero bueno, ya en secundaría pues entre química y las tardeadas fui dejando de pensar en mi mustang 76 y empecé a pensar en algo "más a la mano"...Había una niña que me gustaba mucho y que nunca le pude decir que fuera mi novia, el día que lo intenté simplemente no me salieron las palabras y a la semana siguiente ella ya tenía novio..."Bueno, para cuando sea grande voy a tener una novia más bonita", pensé eso y seguí mi vida mejor dedicándome a estudiar, donde al parecer, todo me salía bien y al fin y al cabo cuando fuera grande todos los problemas se resolverían. Llego la prepa y todavía no había carros voladores, así que me dedique a hacer deporte, mucho deporte: fútbol, basquetbol, fútbol americano, kung fu...me convertí en una máquina y me sentía muy a gusto haciendo estos deportes y en todos era más o menos bueno; quizás si me hubiera enfocado en el fútbol soccer hubiera llegado mucho más lejos, era muy bueno aunque fallaba más goles que los que metía, pero me gustaba todavía más la escuela, las matemáticas y la electrónica eran mis verdaderas pasiones y la situación en mi casa no era nada buena así que quería que el tiempo pasara rápido para ser grande y trabajar y tener mucho dinero y ayudarles a mis papas. El primer trabajo llego en esa época cuando era estudiante y eran unas verdaderas chinguizas pero a esa edad y con tanta necesidad no había fuerza en el mundo que pudiera pararme, igual y cuando fuera grande ya habría tiempo para descansar y disfrutar.
Los estudios profesionales llegaron, llego la primera novia, el primer beso, la primera vez, la otra primera vez (en donde te rompen el corazón) y vinieron los verdaderos amigos, los verdaderos enemigos, la vida perdió su disfraz de inocencia y las cosas empezaron a revelarse aunque a esa edad pensamos que podemos con todo y lo tomamos muy a la ligera porque tenemos todas las armas para pelear y tenemos toda la fuerza para soportar lo que sea; y así fue...Todavía pensaba que cuando fuera un poco más grande, cuando terminara la carrera, las empresas se pelearían por mí, me iría a trabajar al extranjero, la nasa me invitaría a trabajar con ellos, etc.…tenía tantos sueños y creía realmente que podía hacer todo eso y más. La realidad me alcanzo a finales del 94...Estaba casi contratado en una empresa en Querétaro y la crisis paro a todo el país...Se cayeron los empleos, la gente estaba apanicada, no había dinero, muchos negocios cerraron, la gente perdió sus casas...Y aun así encontré en la crisis la forma de salir e hice de mi hobby un negocio que me sostuvo casi 5 años; en ese tiempo encontré el amor verdadero y mi vida era buena entre todo lo malo. Pero nunca hay que subestimar a Murphy y su ley universal que en uno de sus corolarios postula lo siguiente: "Si te sientes muy bien no te preocupes, ya se te pasara"...
Hoy las cosas no son tan malas como pudieron haber sido, en parte porque aquello que hice sin darme cuenta fue lo que me dio las bases para salir adelante; sigo teniendo las ganas de seguir sin importar lo que venga, tengo un buen trabajo que en estos tiempos de crisis ya es mucha ganancia; estoy enamorado aunque la susodicha nada más me da atole y ni con el dedo, los Mustang ya regresaron pero ya no me gustan tanto; mejor dicho, están de la chingada; los amigos están casados y con niños así que ya no los veo, y del deporte mejor ni hablamos, a menos que los videojuegos cuenten como tal (aunque he aprendido a nadar y a andar en patines en estos días)...
Cuando sea grande...Cuando sea grande quiero ser como cuando era niño, no preocuparme por el futuro más bien ocuparme en el presente, nunca me pude comprar un Mustang 76 pero cuando salgan los carros voladores ciertamente tendré para comprarme uno...a 60 meses de crédito, pero me cae de madres que me lo compro....
