lunes, 21 de junio de 2010

11:11 parte 4


- ¿Se encuentra bien señorita?
- ahh! si...creo que si... ¿qué paso?
- Escuche unos ruidos, como si alguien hubiera caído, tengo mi puesto aquí a la vuelta, en la esquina y a esta hora no es muy seguro andar por las calles... ¿trabajas ahí?
No sabía a que se refería, pero intenté ponerme de pie...Cuando pasamos a este plano tenemos desorientación y falta de control muscular. el efecto pasa rápido, pero lo importante es no aparecer en medio de una autopista o en un centro comercial repleto de gente. Miro a mi alrededor y es de noche, la calle está sola, pero viendo hacia donde el hombre que intenta ayudarme señala, se ven algunos automóviles circulando y dos o tres personas curiosas. También veo que señala una puerta con un anuncio luminoso. "Osiris men´s club"...Apenas voy llegando y mi "hermano" ya quiere cobrarme. 
- Si, ahí trabajo; bueno, espero trabajar...

- Debes tener cuidado niña, no es un buen lugar y yo sé que no es mi asunto, pero tengo una hija más o menos de tu edad y no quisiera que trabajara ahí. He visto a tipos que las golpean y se las llevan ebrias y después ya no regresan.

- Le agradezco sus palabras y su preocupación, créame que se cuidarme y por la edad creo que me veo un poco menor a la que realmente tengo. - Claro que no puedo decirle que tengo más de 15mil millones de años humanos y que veré morir el universo y aun así yo seguiré aquí. Bueno, no...Si me convierto en humana seré como cualquiera, pero aún no lo soy. Aún sigo siendo lo que soy.

- Ok niña pues cuídate mucho y apúrate porque si no te van a dejar sin sueldo. Cuando salgas ven al puesto y te doy unos taquitos de pilón...Me llamo Beto y tú?

- Karla, me llamo Karla...Y gracias por los tacos ya verá que le tomare la palabra.
Me levanto y me dirijo a mi "trabajo". Algo bueno es que podemos elegir ropa cuando pasamos a este plano y yo escogí unos jeans a la cadera, una blusa blanca de manga corta y hombros descubiertos, zapatillas negras y una bolsa de mano. Aparento unos 24 o 25 años de edad, soy de estatura más bien pequeña y mi pelo es lacio, castaño y a media espalda. Atravieso el bulevar mientras voy pensando que decir. Conozco todas las actividades humanas y puedo manipular las situaciones para encajar en cualquiera de ellas, pero esta es una de las más antiguas y para mis fines creo que es ideal. Aquí no hay preguntas sobre tu pasado, no te piden identificación ni títulos, no necesitas cartas de recomendación y mucho menos hacer cientos de entrevistas para conseguir un puesto. Llego a la puerta y es tiempo de probar mis "habilidades"...
- Hola Juan, ¿no te acuerdas de mí?
- No, ¿quién eres?
- Soy Karlita Juan, ya ves? Que rápido se te olvidan las amigas, estuve aquí hace un año, cuando fue el aniversario...Oye le puedes hablar a Vivi? Dile que vine a trabajar, por favor...
-Ahh! Karlita, claro que si me acuerdo de ti, pero antes tenías el pelo diferente, ¿verdad? ¡¡Lo tenías pintado de güera...ya!! Claro chiquita deja y le hablo a Vivi, pásale al lobby mientras...
Puedo implantar recuerdos falsos en la memoria corta del cerebro. Nada que les afecte, lo olvidara cuando requiera ese espacio de memoria. Y teniendo en cuenta que conozco la vida de cada ser humano que ha existido no me es difícil saber exactamente que botón apretar. 
- ¿Karlita? ¿Eres tú?
- Hola Vivi, ¿cómo estás? espero que tu si te acuerdes de mí, no como este cabrón gordo de Juan...
- Claro que sí pequeña, cuando me dijeron que estabas afuera no sabía quién eras, pero ya que te veo, claro que sí, ¿cuánto tiempo te vas a quedar?
-Pues nada mas esta semana, tengo algunas cosas que arreglar, pero estos días te voy a llenar el changarro, ¿como ves Viví?
- Claro que sí pequeña, pasate...Veo que no traes nada de ropa, pero aquí adentro esta la señora que vende los trapos y si no traes dinero pues te los puedo descontar al final, ya sabes como son las cosas...
- Si Viví, ya se cómo son...También voy a necesitar unos zapatos...
Cuando el amor te atrapa no hay nada que pueda escaparse. No hay sacrificio pequeño. No hay medida. Se entrega todo y no se espera nada. Yo estoy dispuesta a parar el mundo para estar contigo un minuto. Estoy en tu ciudad, estoy en un antro que visitas de vez en vez y te estoy esperando...Ricardo, ¿Dónde estas? 


Camino por el borde del acantilado de "Paradise City"...Así le puse a la ciudad de pura mamada...Ya le tomé unas cuantas fotos desde acá arriba y ojalá y me las paguen bien y no vayan a salir con que son "fotoshopeadas"...Ni que fueran de viejas...Estoy buscando como bajar, pero el borde es muy grande y no he encontrado nada. Ya me parto de hambre y en este pinche lugar ni siquiera hay gusanos que me pueda comer. ya los busqué en la hierbita...Si les cuento que ni piedras hay! Ok, ya llevo como 3 kilómetros caminando y nada. Estoy rodeando la ciudad y aunque sigue un poco lejos cada vez va tomando más forma. Es algo simplemente cabrón. Inmenso. Las torres que se ven a la distancia son triangulares, delgadas y altas. Muy altas. Hay algunas estructuras más pequeñas pero la mayoría son estas torres y están separadas entre ellas por mucha distancia. No se ven amontonadas. Como si cada torre fuera de alguien en particular. Mientras camino, voy observando hacia la ciudad y me doy cuenta de algo. Agua. ¡Abajo hay agua! La luz que despide la ciudad no me dejaba ver, pero ahora que estoy más cerca hay como unos pequeños círculos que reflejan la luz del día y claramente se ve que es agua. Me emociono porque a falta de comida pues me puedo llenar de agua al menos. Vengo tan feliz que no me doy cuenta de que delante mío hay una grieta en el suelo que esta oculta por la hierba y cuando la piso se me dobla el pie hacia la derecha, donde está el acantilado. Creo que mi tobillo izquierdo valió madres porque trono horrible y siento un dolor agudo. El pie derecho busca algún apoyo, pero la pendiente de la colina no me ayuda y se resbala en la hierba. Reboto con el hombro derecho sobre el piso y siento como empiezo a rodar hacia el vacío. Voy rodando sobre la hierba que huele bonito, pero ahora lo único que puedo sentir es un dolor que se extiende desde mi pie izquierdo cada vez que golpea el suelo hasta la base del cerebro. De pronto el dolor cesa. Ya no hay golpes con el piso. Siento que caigo y extrañamente agradezco la sensación de paz. Mi cerebro ingenieril comienza a hacer cálculos rápidos: Si calcule una distancia de 2 mil metros hasta el fondo del acantilado y suponiendo que la constante de gravedad es igual que en la tierra de aproximadamente 10 metros por segundo cuadrado, entonces tardaré en llegar al fondo del acantilado como 20 segundos ya que me voy acelerando progresivamente.
Dicen que cuando estas por morir tu vida pasa frente a ti en unos instantes. Espero que tengan repeticiones con cámara "phantom" de cuando le partí la madre al niño del vecino por haberme roto mi max steel el día de reyes.

lunes, 14 de junio de 2010

11:11 parte 3


¿Dónde estás?...



La luz del nuevo día y la falta de algo que la evite me obliga a despertar. No es que sea molesta, pero quisiera seguir durmiendo al menos otros 2 años. Ok, pues al parecer no estaba soñando y creo que si tendría que empezar a preocuparme. Estoy tirado a la orilla de un acantilado sobre una hierba que más bien parece ser como seda, huele rico y no me saca ronchas. Tengo una megaciudad abajo que parece sacada de los sueños húmedos de Guillermo del Toro y lo peor de todo es que no veo un baño cerca. Pues ni modo tendré que "regar las plantitas". Camino un poquito lejos para hacer "mis urgencias biológicas" y aunque no hay a la vista algo o alguien que me vea el trasero, pues acuérdense que así perdió el diablo. Solo espero no estar en el infierno porque entonces si ya me metí en un problema. Una vez que ya "tire la basura" pues regreso al lugar donde dormí y vuelvo a comprobar que la energía que emana de la ciudad es continua; el iphone está completamente cargado y fuera de que como teléfono vale para dos madres, la música y las demás funciones funcionan perfectamente. Tomo algunas fotos para cuando regrese a casa tener evidencias de vida extraterrestre y salir en el programa de Jaime Maussan y callarle la boca a todos los putos escépticos que no creen en los "marcianos".
La luz de día al parecer no causa que la temperatura se incremente. El clima es igual que "ayer" en la noche, muy agradable, no calor, no frío sino todo lo contrario, ¡jaja! Hay una suave brisa y el aire que respiro se siente que es muy limpio y puro. Extrañamente algo que no había notado hasta ahora es que no hay ruidos. El único sonido que escucho es el de mi respiración y si la aguanto, los latidos de mi corazón. Ok, pues ahora si a buscar alguna forma de bajar de aquí y tratar de averiguar en donde estoy y porque estoy aquí. Tampoco sería mala idea tratar de encontrar un vips para desayunar, es que ya me chingo de hambre...

...La transición de lo que era a humana puede provocar algunas "complicaciones" como la pérdida de memoria. Aparte de algunas habilidades y el hecho de que somos eternos, casi nada nos diferencia de los humanos. No podemos reproducirnos y no necesitamos alimentos, pero los procesos biológicos son muy similares, particularmente los procesos cerebrales. En mi forma humana de igual manera no necesito comer, aunque puedo hacerlo. Deseo hacerlo. Deseo ir con él y cenar en los tacos que tanto le gustan y mientras me platica alguna historia fantástica o de los problemas en su trabajo, quisiera interrumpirlo y decirle que por él cambie la eternidad. Qué quiero tener 3 niños y que en las veces que nos vayamos de día de campo estaré a su lado para hacerle burla por las ronchas que le saca el pasto. Decirle que lo amo y que nada nos va a separar. Aquí en su mundo o allá en el mío. 


No hermana, no...Las cosas no serán así tan fáciles para ti y mucho menos para él...Quizás en nuestro mundo tengas inmunidad hacia mí, pero aquí en el mundo de los humanos las reglas las pongo yo. Ni siquiera tú puedes cambiar eso, yo no puedo ser negado. De la misma forma que nadie se escapa de ti, nadie se escapa de mí. Y a diferencia de mí, que no puedo ser tocado por ti; tú no puedes escaparte de mí, no aquí. 
Llego la hora de cobrar algunas deudas pendientes...

martes, 8 de junio de 2010

11:11 parte 2

Parte 2

Este mundo siempre ha sido tan extraño. Lleno de contradicciones. Quizás por eso me fascina. Hay tantas cosas que me sorprende de los humanos; una de ellas es su completa ignorancia de la felicidad. Se pasan la vida buscándola sin poderla encontrar y cuando la tienen enfrente ni cuenta se dan. Sobra decir que siempre la tienen enfrente y nunca la ven. Sueñan con amores imposibles y dejan ir el amor verdadero. Viven pensando siempre en el pasado o en futuro y el presente se les va como agua entre las manos. Piensan y se sienten abandonados sin darse cuenta de que a su lado siempre hay uno de nosotros.
En un principio fuimos creados 1,111 de nosotros y nuestra tarea era guiar a los humanos por el camino de la sabiduría. No podíamos intervenir ni interactuar con ellos, pero si podíamos dejarles pistas, darles ideas, alentarlos cuando tomaban el camino correcto. Nosotros somos lo que ellos llaman "corazonadas", "voz de la conciencia", "ángeles de la guarda"...
Podemos asumir el rol de especímenes masculinos o femeninos. Yo adopte el nombre de Karla, que significa "la que es fuerte". El deseo que pedí fue volverme humana. Y estoy completa y perdidamente enamorada. Se me concedieron 7 días de prueba para resolver mi "situación". Al cabo de ese tiempo debo decidir si quiero seguir siendo eterna o me convierto en humana sin posibilidad de nunca más regresar. A cambio de eso, un humano se trasladó a mi "mundo" y en caso de quedarme como humana él tomara mi lugar. No sé quién sea, pero lo que sí sé es que no le va a gustar. Al menos no al principio. 
De los 1,111 que fuimos creados, a mí me toco el honor de ser diferente. Los 1,110 compañeros míos trabajan con los humanos a lo largo de su vida. Mi trabajo es guiarlos cuando dejan de vivir. Me llaman "muerte" y, como siempre, los humanos no entienden que yo soy lo mejor que les puede pasar en su vida.

Tiempo de ti.

  Estoy viviendo con el tiempo prestado. Ya me lo dijo; así, a quemarropa, sin tocarse el corazón. Se va a ir y no importa lo que yo haga o ...