Porque la vida esta hecha de pequeños momentos y cada momento es una historia que se puede perder en el tiempo o quedar atrapada en un papel, en una cinta, en un blog...
lunes, 11 de mayo de 2015
Volar ligero
Los recuerdos pesan. El pasado pesa. En especial los malos recuerdos y el mal pasado. Todos tenemos cosas que no superamos, que no olvidamos, que no queremos soltar. Y luego vienen y te dicen que "todo estará bien", "lo mejor está por venir", "Echale ganitas", "eres buena gente", "Nada es imposible", "Mereces ser feliz", "ya pasará", "No era para ti" y un montón de cosas más que en verdad ni nos hacen sentir mejor y que casi nunca llegan a ser ciertas. Por ejemplo, el "Échale ganas"...O sea, ¿Quién tiene ganas de "echarle ganas" cuando te desilusionan, te decepcionan, te lastiman o te mandan a la fregada? Nadie.
De igual forma nadie olvida. Que nos hagamos tarugos con las cosas que nos hicieron es otra cosa y el perdón pocas veces es con la intención de ser honesto. Quizás lo que nos pase o deje de pasar es consecuencia de nuestras elecciones de vida, de cómo tomamos decisiones y de cómo tratamos a los demás pero eso tampoco llega a ser tan verdadero en la realidad. La vida nunca es justa y le da a los que no merecen y le quita a los que nada tienen. Aparte nunca se tiene todo lo que se quiere y lo poco que llegamos a tener no lo valoramos. Despreciamos las cosas buenas y simples en un afán por perseguir nuestros sueños que en realidad no son nuestros sino de alguien más o que nos "metieron" en la cabeza a base de prejuicios y falsas creencias, en base a la mercadotecnia y a la satisfacción inmediata. Actuamos y decidimos no en lo que nos gustaría sino en lo que los demás piensen de nosotros y disfrazamos a "nuestra libertad de elección" en un triste y pobre argumento que esconde todos nuestros traumas e inmadurez.
Ser humano es complejo. Ser feliz no es gratis. Triunfar es un pecado imperdonable. Hacer las cosas bien es casi imposible. Me pregunto si la gente que dice ser feliz en realidad lo es; o más bien, por cuanto tiempo lo es...Yo soy feliz cuando hago algo que me gusta, pero en un día normal también me deprimo y me enojo y me dan ganas de golpear a alguien o de gritarle sus verdades a alguien más y también soy hipócrita con otra persona para lograr algo y también miento para salir de una situación incómoda y hago uno o más comentarios misóginos o racistas o insulto a alguien queriendo hacerlo. Y si pudieran oír lo que pienso todos los que me conocen dejarían de creer al instante que soy buena gente. Al final resulta que en un día normal son muy pocas cosas que hago que me gusten y por ende soy feliz muy poco tiempo en un día. A veces no hago nada que me guste en un día. O en varios. Ahh! pero eso sí, cuando alguien me pregunta que como me va, automáticamente contesto con un "muy bien, gracias"...Y la mayoría somos así. Hasta ahora nadie me ha respondido con un "híjole, me siento del nabo, la verdad estoy triste porque el cruz azul no califico a la liguilla" o cosas así. Y nadie lo hacemos porque si decimos la verdad nos va a ir mal. Nos vamos a ver débiles, faltos de carácter, flojos, incompetentes, malos, mediocres, poco serios, tontos, impotentes, quisquillosos o revoltosos. Pero si decimos que nos va bien, lo único que los demás pensaran será un "que pinche envidia y a mi que me está yendo de la verchs" y nos sonreirán.
Al final no se trata de quedar bien con nadie. Eso lo he aprendido a madrazos y muchas decepciones. "Si quieres fracasar en la vida intenta caerle bien a todos" es una frase que alguien dijo y creo bastante acertada. Con todo lo que he escrito bien se puede pensar que soy amargado y que recién me mandaron por un tubo y ciertamente así fue. No me da pena decirlo. me daría pena dejar pasar al amor de mi vida. Me daría pena ser quien no soy solo para agradarle a alguien. Me daría muchísima pena anteponer el "qué dirán" de los demás antes de pensar en lo que a mí me gustaría.
Hoy quiero volar ligero. Dejar recuerdos, pasado, prejuicios y rencores atrás. Son un lastre muy pesado. Quiero ser sincero primero conmigo y después con quien lo merezca. Quiero amar a alguien que está dispuesta a hacer exactamente lo mismo porque es lo que nos merecemos. Nadie se merece las migajas del amor, aunque muchos con eso se conforman. Yo no. Si doy todo es porque lo quiero todo. En todos los aspectos. En lo bueno y en lo malo. Igual y me quedare solo, pero eso no me preocupa. Sería peor estar con alguien que no quiere estar o esta solo por conveniencia.
Volar ligero. Volar alto. Volar lejos.
martes, 5 de mayo de 2015
La chispa adecuada
Miro al cielo y los veo a todos. A todos sus fantasmas. Vagando por el mundo sin saber que fue lo que pasó. Y lo que les paso fui yo.
Al principio era algo divertido. Yo era aún un niño y no comprendía el alcance de las cosas. La primera vez que sucedió fue extraña pero la recuerdo tan clara como si hubiera sido ayer. Era la fiesta de cumpleaños de mi amigo Carlos, compañero de la primaria. Todos sus amigos y familiares estábamos celebrando y los niños jugábamos y corríamos por todos lados. Su hermana, Alma, que era un año mas grande que nosotros, nos encerró en un cuarto obscuro a Carlos y a mi. No sabíamos que dentro del closet estaba otro niño con una mascara de lobo listo para asustarnos. Mientras yo intentaba abrir la puerta Carlos le gritaba a su su hermana que nos dejara salir y de pronto que el niño con la mascara sale de su escondite por detrás de nosotros. El miedo y la sorpresa nos hicieron gritar y yo caí al suelo, comencé a temblar y los latidos de mi corazón asemejaban a tambores. El niño escondido se quito la mascara y comenzó a reír ofensivamente. Mi vista se enfoco a la mascara y sentí un flujo de sangre que recorría todo mi cuerpo y explotaba en mi cabeza. Me desmayé. Los papás de Carlos y otros papás corrieron a ver lo que pasaba y vieron dos cosas que no olvidarían nunca: un niño desmayado y otro niño viendo atónito como una de sus manos ardía junto con la mascara de lobo tiradas las dos en el suelo.
La gente le dice "Piroquinesis". Después de ese evento desafortunado, intenté recrearlo en algunas cosas como por ejemplo un pedazo de madera o una revista pero nunca lo logre. necesitaba estar en una situación angustiosa o de peligro para que se "activara". No era como el los comics o en las películas que con solo decir "llamas a mi" o "Shazam" me prendiera fuego y volara o mis ojos ardieran y pulverizara a quien yo quisiera. Eso hubiera estado genial y varios profesores y vecinos habrían desaparecido desde hace mucho tiempo. Mas que controlarlo, aprendí a detenerlo ya que los síntomas antes de que sucediera eran muy dolorosos y con ayuda de controlar la respiración y tratar de no exponerme a emociones fuertes, el problema parecía estar bajo control.
Pero hay situaciones que nunca esperas.
Alana era hermosa y de sonrisa suave. Decía que yo le gustaba por ser tan tranquilo y siempre ir a la segura. Respetuoso y un buen ser humano. Después de casi tres años de novios nos comprometimos y nos casamos. En la iglesia casi provoco una tragedia por el estres que sentía y estuve a punto de incendiar a todos los presentes. Al menos si me quede con las ganas de freír a mi suegra, la cual me odiaba y según ella, no era digno de su hija, quien merecía casarse con un príncipe suizo, rubio, de ojos azules, de dos metros de alto y con mas dinero que ego. Yo era morenito, flacucho, cuatro ojos y con un trabajo medio decente. Alana estaba loca pero al menos no sentía pena por lo que los demás dijeran. o pensaran; al menos en ese tiempo.
Pasaron los años y las cosas como en cualquier relación a veces son buenas y a veces son malas. Una noche Alana y yo discutimos sobre algo poco importante pero nos fuimos enojados a la cama. A la mañana siguiente me apresure para ir al trabajo y salí de casa antes de que ella despertara. Nunca salía a casa para ir a comer pero esta vez decidí ir y arreglar la diferencia de la noche anterior. En el camino compre un ramo de flores y algo de sushi que tanto le gusta a ella. Al llegar a casa, todo fue como en una clásica película de traición. El típico auto desconocido afuera de la casa. El típico hombre que entra y escucha ruidos extraños en la recámara de arriba. La típica escena de su mujer teniendo sexo con su antiguo ex novio que resulta ser rubio, fornido y medio calvo. Lo que no fue típico fue como al principio el ramo de flores que yo llevaba en las manos comenzó a vibrar y a brillar de una manera casi hermosa. El fuego se extendió lentamente hacia la cama y vi con un placer enfermo como los dos cuerpos se retorcían en mi infierno particular. El cuento habría acabado con final feliz si me hubiera detenido en ese momento. El fuego siguió expandiéndose hacia fuera de la casa y algo dentro de mi se dio cuenta que las cosas no iban bien. El dolor en mi cabeza se hacia mas fuerte a tal grado que me hizo doblarme y caer al suelo de rodillas. Las llamas me rodeaban y no veía mas que fuego en cualquier dirección. Sentí una punzada en la nuca que me atravesó la cabeza y grite con tanta fuerza que destroce mis cuerdas vocales. No podía respirar así que intenté salir y casi arrastrándome lo pude lograr. Todo era fuego. El cielo era fuego. Quería pararlo. Deseaba pararlo pero ya no era yo el que tenía el control. Eran mis fracasos, era mi dolor, era mi rencor contra todos lo que avivaba el fuego.
Todo arde. Creo que los mate a todos. Ahora tienen el infierno que bien se merecían.
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