Mar y Arena
Esta es la historia del mar y la arena. El mar ama a la arena y esta a su vez secreta e inconscientemente lo ama a el. Y a pesar de que cada uno es parte del otro y se complementan, jamás podrán estar unidos. Cuando sube la marea es el momento mas intimo y cercano, se tocan, se besan, se aman y al amanecer al bajar la marea, irremediablemente se despiden. Aunque son el uno para el otro están destinados a nunca estar totalmente unidos. El mar es traicionero porque siente que lo han traicionado; el mar tiene tanta vida dentro de él y a pesar de eso no hay nada que lo llene, que lo complemente. La arena a veces es caliente y a veces es tan fría; insensible y a la vez tan llena de cicatrices que aunque desaparecen, dejan una huella muy profunda y muy dolorosa dentro de ella. Es de todos y a la vez de nadie. El mar y la arena entienden que la vida no es justa y tampoco injusta. Simplemente es. No hay nadie a quien reclamar. Para ellos no hay celestinas ni San Antonios. No hay remedios ni terapias. No hay milagros. El mar y la arena, dos amantes incomprendidos, ajenos e inocentes. Víctimas de su propia naturaleza y tan terrible y dolorosamente cerca. El mar quisiera huir, alejarse, renunciar a lo que siente, calmar el dolor de verla tan cerca y sentirla tan lejos, quisiera salir al infinito. La arena quisiera que él no se acercara, que no la tocara, que no la besara; desea transformarse en piedra y no sentir nada por el ni por nadie. Todos la han pisoteado y lastimado y aunque el mar la reconforta y la desea proteger, ella anhela estar en otra parte, estar en otro mundo, seco, muerto, donde no exista el pasado. El amor les duele y los inunda, los rodea y los abraza; irónicamente también ese mismo amor los excluye y los aleja...los mata.
Esta también es nuestra historia. La tuya y la mía.
Que desperdicio.
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