Estoy viviendo con el tiempo prestado.
Ya me lo dijo; así, a quemarropa, sin tocarse el corazón. Se va a ir y no importa lo que yo haga o deje de hacer y lo peor de todo es que no la quiero detener. De ser necesario me quitaré mis alas y se las daré para que vuele más alto, para que llegue más lejos.
Hoy es el tiempo de ti. El sol brilla tanto como tu sonrisa y las estrellas, envidiosas de ti, se pierden en los rizos de tu cabello. El aire que respiras es el mismo que me aviva el alma y estar contigo es ser huésped en el cielo. Hoy no le pido nada más a la vida.
Y cuando ya no estés aquí regresaré a la fría oscuridad que tanto amo; de donde nunca debí haber salido, en donde soy mi mejor versión. Ahí donde le miento al corazón y me engaño con una felicidad inexistente, falsa y vacía. Ahí donde las noches son eternas y si algún día siento la necesidad de extrañarte solo me bastará con poner música de Pink Floyd y moriré más lento, el dolor será más dulce y las lágrimas harán la herida más eterna. Ese será el tiempo de mi.
Estoy viviendo con el tiempo prestado.
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