miércoles, 23 de octubre de 2013

El radio parte 2



Capítulo 2: Double Fantasy.

John Winston Lennon murió el 8 de diciembre de 1980 siendo las 11:20pm. Media hora antes un tipo descargaba 5 tiros en su espalda al llegar a su departamento. Yo había escuchado la noticia en un radio viejo y que no funcionaba hacía más de veinticuatro horas antes de que esto ocurriera. En ese momento era incapaz de ver las consecuencias de este hecho y a los nueve años lo tomas como algo "raro" que a veces pasa; aparte y sin ser irrespetuosos, Lennon era un personaje lejano y casi sin relación con lo que era mi vida cotidiana de la escuela, los juegos de fútbol por la tarde con los amigos del barrio y el asqueroso y enorme vaso de leche que mi madre me obligaba a tomar todas las mañanas.
Los días y las semanas pasaban y algunas noches encendía mi radio y trataba de sintonizar algunas cosas. De vez en vez lograba escuchar voces y narraciones en idiomas que no entendía, otras veces se escuchaba un tipo de música suave y ligera que me provocaba dejar de hacer lo que estaba haciendo y soñaba con el futuro. "Mi futuro" habría de ser algo especial. Esa noche observaba el cielo y como casi cualquier ser viviente en el planeta, me preguntaba si había algo más allá. En un cielo claro y soñando en las estrellas y sus secretos y siendo un día de 1984 de repente mi vida dio un vuelco.
El radio salió de su marasmo de música suave y escuché algo que era, por decir lo menos, perturbador. Se escuchaban ruidos, gritos de gente, ambulancias y una voz lejana susurraba: "mi ciudad esta destruida, mi casa esta destruida". El dolor en esa voz hizo que la piel se me pusiera chinita y a pesar de mis catorce años, sentí una empatía y por primera vez, deseos de tener la capacidad para hacer algo que le quitara esa tristeza al hombre que escuchaba. La voz seguía hablando, pero algunas partes no se entendían del todo bien. Los ruidos de fondo parecían de una escena del infierno de Dante y la voz que se escuchaba hacía una reseña casi apocalíptica de lo que al parecer estaba sucediendo en ese preciso momento. Lo último que pude escuchar fue "esta mañana del 19 de septiembre es sin duda en día mas triste de nuestras vidas". De repente el radio se quedó completamente en silencio y durante algunos segundos ese silencio parecía sepulcral. El momento "cumbre" y que me dejo sin aliento fue un pequeño chasquido y de repente una voz que sin duda y claramente se dirigió a mí y dijo: "Evita el viaje. Evita a toda costa el viaje". Después de esas palabras el radio quedo muerto.

lunes, 14 de octubre de 2013

El Radio parte 1


El aparato era viejo. algunos por sentimentalismo le dicen "antigüedad" pero la verdad era que estaba viejo y no servía. Al menos eso era lo que le escuchaba decir al abuelo cuando lo descubrí en una caja de cacharros que iba directo a la basura. En ese entonces yo era un niño de 9 años al que le encantaba tener cosas y si se podían abrir o eran susceptibles a ser reparadas pues ahí estaba yo, el futuro ingeniero que cambiaría el destino del planeta. El sueño de todo niño.
Pero como dicen por ahí: "Ten cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir."
El radio era marca Telefunken y era de un color amarillo brillante ya opacado por el tiempo y la falta de limpieza por sabrá dios cuantos años. Tenía dos perillas al frente y cuatro botones en la parte de arriba, bajo la indispensable agarradera que lo hacía "portable" aunque pesaba unos 5 kilos, casi el límite de lo que podía cargar a esa edad. Era uno de esos radios de tres bandas que fue bastante popular en algún tiempo, el "AM" era lo más común, la "FM" casi no existía y la "onda corta" era un emocionante experimento ya que, si las condiciones meteorológicas lo permitían, podías escuchar idiomas raros y fascinantes o en su defecto "ruidos "bastante extraños y alucinantes. El dial indicador era de un rojo intenso y la pantalla que tenía los "numeritos" estaba un poco rayada y con algunas grietas debido principalmente a golpes o caídas que habrá sufrido en sus buenos tiempos.
Una vez que había rescatado "mi radio" de un destino nada digno, me dispuse con singular alegría a darle una buena limpieza con algunos trapos que conseguí de la cocina sin que mi madre se enterara y con un poco de agua comencé a limpiarlo. Mi habitación tenía un solo enchufe de electricidad así que después de la profunda limpieza que dedique a mi nueva adquisición quise comprobar por mí mismo aquello que el abuelo decía de que no servía más mi radio; así que procedí a conectarlo al enchufe y hecho esto gire el botón de encendido y que a la vez servía de volumen. Los otros tres botones eran de tipo "push", esos que tenías que apretar para seleccionar la banda adecuada y solo uno de ellos podía estar apretado ya que si apretabas otro los demás se "desapretaban". El botón de "AM" estaba apretado en ese momento y me dedique a mover con mucha expectación una de las perillas que desplazaban el dial a través de la pantalla de los "numeritos". Y no encontré más que ruido de estática. Lo mismo paso cuando cambie de banda al "FM". Lo segunda perilla era para hacer un ajuste fino, pero al parecer no funcionaba tampoco ya que me había dedicado a moverla casi con precisión milimétrica y no había logrado nada. Un poco más que decepcionado decidí que mi nuevo radio era realmente material para el bote de la basura y casi involuntariamente apreté el botón de "onda corta" y comencé a mover las perillas para sintonizar, aunque sea algún "mensaje codificado de los extraterrestres" o algo que se le pareciera. El ruido de la estática volvió a llenar la soledad de mi habitación y como los niños de 9 años no teníamos mucha paciencia para una investigación dedicada y de larga duración, decidí que era suficiente y que sería mejor salir a patear un balón de fútbol así que comencé por patear al radio y enviarlo a sentir la suave caricia de una bella pared. Me di la vuelta enojado por tanto tiempo dedicado y perdido y cuando abrí la puerta para salir de pronto escuché una voz que sonaba detrás mío, un poco distorsionada pero clara y fuerte. Giré en redondo y corrí al aparatejo que estaba tirado con la cara dando al suelo. Lo recogí y moví la perilla de ajuste fino para quitar la distorsión que se escuchaba y entonces escuché claramente una voz de un locutor que daba la noticia con un dejo de tristeza. Al parecer habían asesinado a un señor muy importante que era cantante afuera de su departamento y su nombre se me quedo grabado para toda la vida. Escuché con atención la noticia y entonces recordé que mi papá tenía un disco de ese señor que acababan de asesinar. Apague el radio y salí para buscar a papá y le platique que en el radio había escuchado que un tal "John Lennon" había muerto. Mi papá sonrió y me dijo: "No Ricardo, tu radio esta descompuesto, John Lennon nunca se va a morir, mejor vete a jugar fútbol y déjate de andar inventando cosas como esas." Lo miré y pensé que quizás tenía razón y yo había escuchado mal o el locutor de radio estaba confundido. Como quiera que sea, tome el consejo de papá y me fui a jugar fútbol con mis amigos.
 Esa tarde del 7 de diciembre de 1980 cambiaría toda mi vida y sin saberlo en aquel momento, también la de todo el mundo.

jueves, 3 de octubre de 2013

Volver a empezar



No se trata de una carrera ni de un maratón. No hay que romper ningún récord Guinness y mucho menos de quedar bien con alguien o con todos. Es simplemente volver a empezar. Y volver a empezar es aceptar el riesgo y las consecuencias que esto conlleva. lo único seguro en la vida es la muerte y por eso la vida es tan valiosa, por eso vale la pena darse otra oportunidad. ¿Qué se puede uno volver a equivocar? ¿Qué te pueden volver a partir el corazón? ¿Qué nada es para siempre? ¿Qué todo puede salir mal?  A todo esto, podemos decir que "Sí"; Por supuesto que uno se puede equivocar y ese es mi derecho, se vale equivocarse; en partidas del corazón ya tengo doctorado así que ¿cuál es el problema?, Y como nada es para siempre pues vamos a disfrutar lo que se nos da como si la vida se acabara mañana...
Volver a empezar significa volver a creer; creer en que a pesar de todo lo malo siempre hay alguien que te hace decente, que te hace mejor, que te hace feliz y que al mismo tiempo tu provocas eso mismo en la otra persona. Es dejar sin pesar ese estado de conformismo y comodidad que es no tener un compromiso, de no tener límites. Es comprometerse con alguien en cuerpo y alma, es depositar la fé y corresponder con valentía a algo dichosamente superior. Es sentir que se te sale el corazón cuando la ves sonreír. Es dar gracias a la vida por las coincidencias que no son nada casuales. Es ciertamente encontrar lo que te mereces.
Y nada mejor que volver a empezar con la persona adecuada, con el ángel que aparece en el momento preciso, no antes ni después...sin prisas, pero poniendo toda el alma en ese instante cuando estas con ella; es detener el tiempo y doparse con sus suaves palabras, es encontrar que con ella ya no hay más nada que buscar.
Volver a empezar es volver a vivir. Pero vivir con ánimo.


Tiempo de ti.

  Estoy viviendo con el tiempo prestado. Ya me lo dijo; así, a quemarropa, sin tocarse el corazón. Se va a ir y no importa lo que yo haga o ...