lunes, 28 de julio de 2014

Vega Si o Vega No?


El dilema es este: En la lucha por los derechos de los animales algunas asociaciones civiles han comentado que otra forma de violencia hacia ellos es la producción, comercialización y consumo, y que para proteger y salvar a muchas especies la "solución" es convertirse a Vegano. Así muy rápido y sin entrar en detalles los "veganos" (sería más correcto llamarlos "vegetarianos", ya que "veganos" es un extranjerismo de origen inglés") son aquellas personas que por convicción deciden abstenerse de utilizar y consumir productos de origen animal.
En lo personal estoy a favor de legislar el maltrato animal y luchar porque se prohíban los espectáculos con animales tales como las corridas de toros, los circos, shows marinos, charrerías, peleas de gallos, carreras de caballos, etc. pero ya dejar de comer y hasta de disfrutar de un buen corte de carne, pollo o pescado si es un poco más complicado de asimilar. Los veganos "extremos" argumentan que cualquier persona que consuma productos de origen animal atenta contra ellos y esto me hizo un poco de ruido y decidí investigar un poco. Hagamos un poco de historia. La vida en la tierra es por sí misma ya un milagro de proporciones mayúsculas. Empezando por constantes tan invisibles como lo puede ser la masa del electrón hasta hechos como que tengamos una luna del tamaño que es y pasando por un proceso evolutivo digno de la mejor historia de ciencia ficción, la vida se abrió paso en este planeta. Al principio fue una vida muy simple y todo parece indicar que se desarrolló en las aguas de los mares prehistóricos. En algún momento aparecieron las primeras plantas y empezaron a transformar la atmósfera del planeta, reduciendo considerablemente los niveles de dióxido de carbono, resultado de las constantes erupciones volcánicas, y llenándola de oxígeno. En el mar la lucha por la supervivencia era despiadada y algunos seres se aventuraron a dejar las aguas y abrirse paso a la tierra. Estas especies pudieron evolucionar a insectos, reptiles y su alimento principal fueron las plantas. Las plantas al empezar a sentirse atacadas empezaron a generar mecanismos de defensa y empezaron a crecer hacia arriba, dando forma a los árboles y algunas se defendieron con armas químicas como lo fue la aparición del chile o las espinas. Los árboles propiciaron la aparición de otras especies, las aves y unos insignificantes mamíferos que eran pequeños y vivían escondidos en lo alto de estos. Con la extinción de los dinosaurios, estos mamíferos pudieron florecer al igual que muchas otras especies, a pesar de que junto a los dinosaurios se extinguió el noventa por ciento de todos los seres vivos, plantas incluidas.
El caso es que, de entre todos los mamíferos hubo una especie de simios en África que se encontró de frente con un problema: la sabana. Los pastos elevados y la ausencia de árboles para alimentarse y desplazarse obligo a estos simios a bajar de las ramas y a obtener su alimento de mamíferos que abundaban en la sabana pero que eran difícil de ver porque ellos andaban en cuatro patas y los pastos eran elevados y no veían. Esto los obligo a levantarse sobre sus patas traseras y dejo libre a las manos para poder usarlas de una forma más útil. La caza de animales ha sido desde siempre una necesidad para el ser humano. Debemos entender que en aquellos días la población humana era de unos cuantos y solo se cazaba lo que se necesitaba. Un momento crítico fue el descubrimiento del fuego. Comer carne cruda nos daba la energía necesaria para funcionar como seres, pero requeríamos dientes y uñas muy fuertes y un sistema digestivo grande y muy demandante en energía, particularmente los intestinos humanos primitivos eran de un tamaño enorme, pero eran necesarios porque todo el proceso digestivo era complejo. Cuando el hombre comenzó a cocinar su comida, esto era como "pre digerir" el alimento, lo cual redujo considerablemente el requerimiento de energía a los intestinos y al estómago y después de un tiempo estos fueron reduciendo su tamaño, pero provocando un efecto vital para los humanos; el crecimiento del cerebro. Con este hecho, los humanos crearon herramientas, se protegieron del clima, inventaron el lenguaje y se hicieron sedentarios. Comenzaron a cultivar la tierra y a domesticar animales que anteriormente eran salvajes como los jabalíes que domesticados se convirtieron en cerdos y una especie de búfalo salvaje pasaron a ser vacas y ya con una seguridad alimentaria, el humano se dedicó a hacer cosas más "creativas" y a crecer y crecer y crecer.
Actualmente somos más de siete mil millones de personas en el mundo. Se consumen en promedio sesenta mil millones de kilos de carne (de todos los tipos) al año. Se cuenta con alrededor de mil millones de vacas. Y con todo lo impresionante que son estos números no nos damos abasto. Se pronostica que para el año 2050 no habrá producción de animales que alcance para satisfacer el consumo humano y esto provocará crisis en países que no tengan los recursos ya que la carne se convertirá en un producto escaso y caro. Ahora vamos a la producción agrícola. El país que más produce son los Estados Unidos y solo utilizan el 16% de la superficie total de su país. Recordemos que en planeta llamado incorrectamente "Tierra" es en un setenta por ciento agua y para acabarla de fregar, es agua salada. De la superficie nos encontramos con desiertos, con zonas heladas o zonas no aptas para cultivo tales como cadenas montañosas o lagos. El país que más produce en relación a su superficie es Ucrania y todo mundo sabe lo que está pasando ahí en estos momentos; ya lo ven, nada es casual. ¡¡¡Ucrania cuando pertenecía a la URSS contribuía con la mitad de toda la producción agrícola!!!
Vamos a suponer que hoy se escapa un virus de algún laboratorio y hace que toda la humanidad deje de comer carne y derivados de cualquier tipo (pollo, res, pescado, cerdo). Las implicaciones económicas de entrada serían catastróficas. Millones de humanos se quedarían sin trabajo, millones de recursos se perderían y millones de vidas se verían gravemente amenazadas. Imaginen simplemente la industria restaurantera morirse de un día para otro. Pero obvió que al no poder comer carne pues todos nos iríamos a lo que queda, los vegetales. la demanda sería tan impresionante e imposible que subirían a precios exorbitantes en donde los países productores tendrían en control total de la humanidad (¿se acuerdan quien es el mayor productor agrícola, ¿verdad? Ya ven, nada es casual), para que los alimentos crezcan en la tierra hace falta agua, mucha agua y solo el tres por ciento es apta así que las guerras serían por agua. Pero el gusto les duraría poco ya que se tendría que expandir las superficies cultivables del planeta y terminaríamos por desaparecer a los bosques y selvas lo cual implicaría un cambio climático a niveles apocalípticos y eso sin tomar en cuenta que las plagas de insectos se elevarían exponencialmente terminando todo en una extinción de la raza humana, lo cual, efectivamente, tampoco ayudo a los animales porque al consumir todos los recursos los primeros en morir serían las vacas, ya que consumen mucho pastizal durante al menos dos años para ser productiva y como ya no la podemos comer pues lo que la vaca se comía en pastizal se cambió para hacer crecer maíz o trigo y pues se murieron la vaquitas. Y bueno, con el cambio climático tan radical, aparte de irnos nosotros pues nos llevaríamos entre las patas al menos a todas las especies terrestres. En todo caso, los únicos que ganarían serían los insectos, los cuales han estado y estarán aquí yo creo que siempre.
Actualmente solo el uno por ciento de la humanidad es "Vegana" y yo creo, sin pretender ofender a nadie, que es una moda más que un estilo de vida. Algunas religiones como el budismo si lo practican como estilo de vida y está bien, pero en las sociedades occidentales donde los valores están escasos, por no decir desaparecidos, la gente busca aferrarse a algo y prueba distintas cosas, entre ellas el "veganismo" solo por un tiempo y cuando ya se aburren regresan a sus hábitos de siempre. Como lo comentaba arriba, cazar fue necesario para el humano. Lo que no se vale es maltratar o matar a los animales por diversión, para entretenimiento o por hacer dinero. Eso no es natural y tampoco es moral. los veganos dicen que se tortura al animal cuando se sacrifica en los mataderos y rastros y es cierto. Se experimenta con ellos en las industrias farmacéutica y cosmética y es cierto. Incluso buscarle "novio o novia" a tu perrito de raza para vender a los cachorros es aberrante. Y no lo justifico ni lo acepto, pero el que me gusten los tacos al pastor no me hace cómplice de las injusticias que otros hacen. Me da tristeza ver los camiones donde llevan a los puerquitos todos apretados, asoleados y sucios, pero no puedo cerrármele al tráiler y bajar a madrazos al chofer y liberar a los puerquitos, bueno, igual y si puedo, pero ¿qué caso tendría? A mí me entambarían e igual los puerquitos van al matadero.
El problema real es que somos muchos humanos. Antes se mataba a un animal y se le hacía todo un ritual agradeciéndole su existencia y su muerte para poder darnos alimento. Hoy esto ni siquiera es pensable. Los intereses económicos y sociales son monstruosos y poderosos y quizás en el futuro a largo plazo se encuentren soluciones que no sean tan inhumanas, pero hoy por hoy si queremos ayudar a los animalitos tenemos que enfocarnos a otros aspectos, a otras batallas y dejar algunas otras para después. La otra opción es reducir la población humana. Drásticamente. A no más del cinco por ciento de lo que actualmente es. No este padre, ¿verdad?

lunes, 14 de julio de 2014

El otro Cielo


Cuando era niño mi mamá me contaba sobre el cielo y el infierno. me decía que si me portaba bien y si me comía todas las verduras y hacía mi tarea y era buen niño, cuando muriera me iría al cielo. En aquel tiempo las "ventajas" de irte al cielo no eran muy claras; por ejemplo, vivir siempre feliz creo que fue la única que pudo enumerar mi mamá. En cambio, si me portaba mal y no me comía las verduras y si era muy travieso y no me dormía temprano me iba a ir al infierno y ahí si la cosa se ponía muy fea. En el infierno había un señor que se llamaba "diablo", que nunca se bañaba, era rojo y tenía cuernos en la cabeza, y que era muy malo y ahí, en el infierno, siempre había fuego y muchas cucarachas. Yo con eso me apanicaba ya que mi experiencia con las cucarachas siempre ha sido "complicada" y más que el fuego y todo lo demás, eran las cucarachas lo que me tenía entre la espada y la pared.
Cuando crecí fui descubriendo que eso del cielo y el infierno no era muy del todo "cierto". Por ejemplo, en el infierno "estaban" todas las mujeres "malas" y yo siempre tuve debilidad hacía ellas; para mí, las mujeres "malas" eran las más divertidas y las más guapas. También al infierno todas las personas ricas se iban a ir y el cielo, según mi mamá, solo sería para los pobres. - ¿entonces para que tendría que estudiar y trabajar, mamá? - le pregunté un día. Ese día me quede sin postre. O sea, en el cielo la gente era pobre y todos se portaban bien y nadie hacía travesuras; eso no era ser feliz; al menos no aquí. Quizás en China o en la India o en África donde hay muchos pobres y cuando salen en la tele se ven sonrientes, sin tener que comer y sin ropa, pero sonrientes. El cielo no me gustaba mucho.
En mi adolescencia alguien me explico que todo eso del cielo y el infierno no era más que una "metáfora" y que realmente las cosas no eran tal como nos la contaban, el chiste de todo era ser buenas personas y tratar de salir adelante. En el mundo había gente buena y gente mala y con el pasar de los años he descubierto que la proporción es de diez a uno. A favor de la gente mala. Y lo peor de todo es que la gente mala se "disfraza" de gente buena y te hacen creer en ellos y cuando todo parece estar muy bien, ¡Tómala! te ensartan sin piedad y sin vaselina. Ahora me imaginaba un infierno del tamaño de la ciudad de México, así enorme y caótico y el cielo del tamaño de un ranchito, así solo y abandonado. Pero toda mi vida ha sido de elegir mal y estar con los perdedores, por eso yo creo que le voy al "Cruz azul", pero no es tan malo porque solamente perdemos en las finales.
Entonces el cielo seguía sin convencerme. ¡Toda la diversión está en el infierno! Si tienes un problema legal, ¡Todos los abogados están en el infierno! Si te gusta el metal ¡Todos los metaleros nos vamos al infierno! si te la pasas "chocando los carritos" con la vecina, ¡Los dos al infierno! Si te gusta la comida, la bebida, la fumada, la mota o los videojuegos ¡Derechito al infierno!  ¿Pues de que se trata? ¿De ser virgen, flaco, pobre, desnutrido y amargado? Eso no es ser feliz. Y bueno, no concibo la felicidad sin un poco de buen rock y una bella mujer a tu lado. Y una PlayStation con su respectiva pantalla de 80 pulgadas y un buen sonido.
Un día tuve un gatito y lo quise mucho. Duro conmigo como dos años y una noche como todas las demás noches, salió a jugar y a parrandear con los de su misma especie. Por la mañana esperaba verlo como todas las mañanas, en la puerta de la casa, esperando a que le dejara entrar y pasar el resto del día dormido, soñando en las travesuras que hizo la noche anterior. No lo encontré y pensé que a lo mejor se había encontrado a una linda gatita y andaba "perpetuando la especie", así que me fui a trabajar. Regresé a la casa a la hora de la comida y baje del carro y al momento de abrir la puerta, escuche un maullido que venía de la calle. me volteé y no vi nada, pero el gatito volvió a maullar y lo pude ubicar abajo del coche del vecino de enfrente. Mi gato estaba herido. Lo lleve al veterinario y me dijo que un perro lo había mordido y las mordidas le habían perforado un pulmón y la columna vertebral. El gatito estaba sufriendo mucho y me dijo que lo mejor era "dormirlo". La decisión siempre es difícil, pero era lo mejor. Me dio dos minutos para despedirme. Yo creo que el dolor que tenía mi gato era insoportable pero no se quejaba, me miro con tanto amor y en sus ojos pude ver lo feliz que había sido y entendí que él sabía que ese era nuestro último momento juntos. Me dio las gracias a su forma, lo acaricie y le dije que era mi gatito favorito y que nunca lo olvidaría. Mis lágrimas se me escaparon y lo besé y me despedí. Entonces pensé en el cielo y supe que mi gatito no podía ir a otro lugar más que a ese. Un lugar donde él pudiera ser feliz, salir a hacer travesuras con millones de otros gatitos por las noches y cuando ya todos se cansarán amanecería y todos dormirían en una caja de cartón con muchos trapos como a ellos les gusta y luego despertarían y se tirarían al sol durante unos minutos y regresarían a dormir para luego volver a despertar, comer e ir a su arenero a tirar lo que no sirve y estar listos para la noche. En el cielo de los gatos no habría perros que los atacarán, más bien habría perros que serían sus amigos y todos jugarían felices. En el cielo de los gatos y de los perros también habría pajaritos, ratones, peces, vacas, cerditos, jirafas, delfines y hasta dinosaurios. Todos vivirían felices y en paz. El único animal que está prohibido es el hombre, porque el hombre tiene su propio cielo que en verdad es su propio infierno.
Al final de cada día no sé si hice las cosas bien o las cosas mal, eso lo decidirá alguien más. Ahora entiendo que no existe ni cielo ni infierno, lo único que hay es lo que hay. Si al final de todo este corto viaje me dijeran que hice las cosas bien y que puedo elegir a donde ir, sin pensarlo pediría ser el primero el en otro cielo. En el cielo a dónde van los seres que realmente te quieren como eres y por lo que eres. El cielo de las mascotas.

miércoles, 2 de julio de 2014


Son solo dos letras. Nada difícil de juntar. Puede que a veces sea complicado decirla, pero nos evita muchos problemas. Mucha gente puede que no la entienda, pero yo soy diferente. No hace falta que me des un discurso e intentes suavizar el dolor o la decepción. Las cosas como son y no te pido mucho. No exijo razones ni necesito que me inventes una tragedia griega. Solo dime que no. Es lo único que te pido. Es lo único que necesito. Esas dos letras asesinan mi ilusión y me darías descanso, me regalas paz. Con una palabra tan corta que ni siquiera necesitas decírmela de frente, me devuelves de nuevo mis alas, me quitas tus cadenas, entierro el sentimiento que me intoxica de ti, que no me deja seguir.
Dime que no. Que no hay futuro contigo, que soy pendejo por soñar contigo, que no te merezco, que llegue muy tarde, que no estoy a tu altura, que mereces mucho más, que no te importo, que no me necesitas, que soy nada, que te importa dos cornetas lo que escribo, lo que siento, lo que te quiero.
Dime que no. Hazlo fácil. Hazlo pronto. Hazlo ya. Te lo pido por favor.

Tiempo de ti.

  Estoy viviendo con el tiempo prestado. Ya me lo dijo; así, a quemarropa, sin tocarse el corazón. Se va a ir y no importa lo que yo haga o ...