lunes, 1 de diciembre de 2025

El nuevo pacto.

 



La humanidad no venció a los demonios. Tampoco fue vencida. Aprendió que el verdadero enemigo no era lo desconocido… sino el miedo a enfrentarlo.

Lucía regresó del Umbral con algo más que respuestas: con una conexión. Virel, el demonio que había poseído a su madre, no la atacó. En cambio, le mostró visiones de un pasado olvidado: ciudades humanas que habían coexistido con entidades como él, antes de que el miedo borrara esa historia.

En la Fortaleza de San Miguel, los Resonantes debatían. Algunos querían destruir el Umbral. Otros, como Lucía, creían que había algo más allá del conflicto.

—¿Y si no son invasores? —preguntó Lucía frente al Consejo—. ¿Y si son fragmentos de nosotros mismos, exiliados por nuestra propia evolución?

El General Ortega la miró con dureza. —¿Y si estás equivocada? ¿Y si tu conexión es una trampa?

Pero Lucía no estaba sola. Otros Resonantes empezaban a experimentar lo mismo: sueños compartidos, voces que no eran suyas, recuerdos que no podían explicar. Algo estaba despertando en ellos.

Una noche, el cielo sobre Celaya se abrió. No con fuego, sino con sonido. Un canto grave, como si la Tierra misma hablara. Los demonios no atacaron. Se quedaron quietos, como esperando una respuesta.

Lucía entró al Umbral por segunda vez, esta vez con un grupo de Resonantes que ya no querían luchar, sino comprender. Allí, descubrieron que los demonios no eran seres del “infierno”, sino ecos de la conciencia humana, expulsados por milenios de represión emocional, espiritual y tecnológica.

Virel habló de un pacto antiguo: los humanos habían sellado sus sombras para avanzar, pero ahora esas sombras reclamaban su lugar.

Lucía propuso algo impensable: un pacto de integración. No una rendición, sino una fusión. Los Resonantes serían los puentes entre ambos mundos, y los demonios, guías hacia una evolución más completa.

El Consejo aceptó, con miedo. El Umbral se convirtió en un santuario. Las ciudades comenzaron a cambiar: templos de energía, escuelas de conciencia, zonas de meditación interdimensional.

La humanidad no venció a sus demonios. Aprendió a escucharlos.


El nuevo pacto.

  La humanidad no venció a los demonios. Tampoco fue vencida. Aprendió que el verdadero enemigo no era lo desconocido… sino el miedo a enfre...