jueves, 31 de diciembre de 2009

Fin de año


Hoy es 31 de diciembre del 2009 y como casi todo el mundo me pongo a pensar en lo que me dejo este año que está por terminar. Sin lugar a dudas fue un año difícil más que nada en la parte económica y laboral, pero creo que en todo lo demás este 2009 fue el mejor año para mí. Conocí muchas personas, hice algunos nuevos amigos, fortalecí amistades pasadas, tuve ilusiones y desencantos, creo que ayude a mis semejantes, hice este blog que ha sido muy gratificante compartir con la gente inteligente y conocedora (como diría Fernando Delgadillo) y por sobre todas las cosas me mantuve solterito, ¡¡jaja!!
Para 2010 mi compromiso es seguir disfrutando cada día como si fuera el último, dar lo mejor de mí en todos los aspectos, no dejarme tocar por la corrupción y el desánimo que son los más grandes males que acechan a nuestra sociedad mexicana, cuidar mi planeta y sus recursos, amar lo que se me da y luchar por lo que se me niega, cuidar a mi familia y a mis amigos y ser un ejemplo primero para mí mismo y eventualmente para la gente que me rodea.
2010 será el mejor año porque así lo he decidido el día de hoy y de todo corazón estoy seguro de que para todos los que leen estas líneas también lo será. Tenemos mucho que hacer, pero hoy es día de abrazarnos y celebrar, Felicidades a todos y gracias por leer a este loco soñador. Nos leemos la próxima semana.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Dar, Pedir y Recibir

¡Me encontré esto por ahí y creo que en estas épocas es excelente, saludos!


No es fácil saber hacer las tres cosas bien: saber dar, saber pedir y saber recibir. Sólo unos pocos afortunados son capaces en sus vidas de conjugar los tres verbos con soltura. Así, en términos muy generales, diría que las personas buenas saben dar y recibir, es decir, son generosas y agradecidas; mientras que las malas personas son egoístas, no dan ni la hora, piden con exigencia y son desagradecidas cuando reciben.

Saber pedir puede parecer a primera vista lo más fácil, pero si lo piensas bien es lo más complicado. Conozco a muchas personas extraordinarias que saben dar, pero son incapaces de pedir, ni siquiera a la persona que tienen más cercana. Temen verse como pedigüeños o lastimeros y… ¿a quién le gusta dar lástima o ser considerado un gorrón? Los hay que no piden por pura soberbia, ese pecado capital cuyo remedio es la humildad. Pedir con naturalidad, dignamente, es complicadísimo.
Saber recibir debería ser lo más fácil. Pero no basta con decir gracias, el que sabe recibir siente gratitud y no olvida, porque el agradecimiento es la memoria del corazón. La ingratitud es también, por cierto, hija de la soberbia. A veces ocurre que la persona a la que más has ayudado es de la que peor trato recibes, por eso alguien dijo aquello de "qué favor le habré yo hecho a ése para que me trate tan mal". Ese es seguro un soberbio al que no se puede aplicar lo de es de bien nacido ser agradecido y, sí, el cría cuervos...
Saber dar, a nadie se le escapa, supone no echar en cara, no pasar la factura y no alardear ostentosamente haciendo publicidad a diestro y siniestro de lo dado. Dar ostentosamente es casi peor que no dar, es lo que hacen los políticos cuando creen que dan y con demasiada frecuencia a sus bolsillos suman lo que restan. Muy distinto de ese dar sin que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Dar sin humillar, sin que el que recibe se sienta pobre y pequeño, dar sin que se note, imperceptiblemente. Ese dar es compartir con alegría. Yo tengo la suerte de tener amigos así. Amigos que saben dar sin recordar y recibir sin olvidar

Tiempo de ti.

  Estoy viviendo con el tiempo prestado. Ya me lo dijo; así, a quemarropa, sin tocarse el corazón. Se va a ir y no importa lo que yo haga o ...