El fin de la inocencia
El viento acariciaba suavemente su rostro. Nada parecía real y, sin embargo, la vista que tenía frente a sí era inconmensurable, era tangible, era mortal. No quería pensar en el futuro; esa palabra era tan vacía en ese momento pero sabía que era precisamente ahí, el futuro, donde viviría el resto de su vida, así era para todos. Bueno, para ellos el futuro estaba mucho mas cercano que para él. Bajo su comando tenía miles de huestes listas para hacer lo que él les ordenara pero por ahora solo podía contemplar lo que los hombres y las mujeres de aquella hermosa ciudad habían logrado. Grandes palacios de cúpulas doradas, mármol y cantera esculpidos con gran maestría, seductores jardines con todo tipo de flores y árboles de todos los rincones del mundo conocido, lagos y fuentes con un agua cristalina y fresca para saciar las sed tanto de personas como de animales que borbollaban por sus calles de trazos perfectos y diseño inteligente. El hombre había logrado en tan poco tiempo el entendi