Los caminos de la paz
Las tragedias nos marcan y las grandes tragedias nos obligan a realizar grandes cambios. Esta es nuestra realidad en México. Vivimos una tragedia pero aún no es lo suficientemente grande para obligarnos a un cambio radical, a abandonar nuestras malas practicas y costumbres, nuestros ancestrales vicios. Nos hemos acostumbrado tanto a vivir con lo mínimo indispensable, a tolerar la corrupción, a convivir con la ilegalidad, a mirar de reojo la violencia, a callar la injusticia, a sobornar autoridades, a no obedecer la ley, a discriminar a quien sea, ya se nos hace familiar ver crímenes en todos lados y a todas horas. Tenemos leyes obsoletas, absurdas y lentas; jueces, abogados, ministerios públicos y policias incapaces, incompetentes y corruptos. Funcionarios de todos niveles que no les importa nada mas que aprovecharse del puesto que tienen lo mas que puedan. Los movimientos y grupos que se han formado en contra de la guerra contra el narco, en contra del secuestro y por un México en pa