El otro Cielo


Cuando era niño mi mamá me contaba sobre el cielo y el infierno. me decía que si me portaba bien y si me comía todas las verduras y hacía mi tarea y era buen niño, cuando muriera me iría al cielo. En aquel tiempo las "ventajas" de irte al cielo no eran muy claras; por ejemplo, vivir siempre feliz creo que fue la única que pudo enumerar mi mamá. En cambio, si me portaba mal y no me comía las verduras y si era muy travieso y no me dormía temprano me iba a ir al infierno y ahí si la cosa se ponía muy fea. En el infierno había un señor que se llamaba "diablo", que nunca se bañaba, era rojo y tenía cuernos en la cabeza, y que era muy malo y ahí, en el infierno, siempre había fuego y muchas cucarachas. Yo con eso me apanicaba ya que mi experiencia con las cucarachas siempre ha sido "complicada" y mas que el fuego y todo lo demás, eran las cucarachas lo que me tenía entre la espada y la pared.
Cuando crecí fui descubriendo que eso del cielo y el infierno no era muy del todo "cierto". Por ejemplo, en el infierno "estaban" todas las mujeres "malas" y yo siempre tuve debilidad hacía ellas; para mi, las mujeres "malas" eran las mas divertidas y las mas guapas. También al infierno todas las personas ricas se iban a ir y el cielo, según mi mamá, solo sería para los pobres. -¿entonces para que tendría que estudiar y trabajar, mamá?- le pregunté un día. Ese día me quede sin postre. O sea, en el cielo la gente era pobre y todos se portaban bien y nadie hacía travesuras; eso no era ser feliz; al menos no aquí. Quizás en China o en la India o en África donde hay muchos pobres y cuando salen en la tele se ven sonrientes, sin tener que comer y sin ropa pero sonrientes. El cielo no me gustaba mucho.
En mi adolescencia alguien me explico que todo eso del cielo y el infierno no era mas que una "metáfora" y que realmente las cosas no eran tal como nos la contaban, el chiste de todo era ser buenas personas y tratar de salir adelante. En el mundo había gente buena y gente mala y con el pasar de los años he descubierto que la proporción es de diez a uno. A favor de la gente mala. Y lo peor de todo es que la gente mala se "disfraza" de gente buena y te hacen creer en ellos y cuando todo parece estar muy bien, ¡Tómala! te ensartan sin piedad y sin vaselina. Ahora me imaginaba un infierno del tamaño de la ciudad de México, así enorme y caótico y el cielo del tamaño de un ranchito, así solo y abandonado. Pero toda mi vida ha sido de elegir mal y estar con los perdedores, por eso yo creo que le voy al "Cruz azul", pero no es tan malo porque solamente perdemos en las finales.
Entonces el cielo seguía sin convencerme. ¡Toda la diversión esta en el infierno! Si tienes un problema legal, ¡Todos los abogados están en el infierno! Si te gusta el metal ¡Todos los metaleros nos vamos al infierno! si te la pasas "chocando los carritos" con la vecina, ¡Los dos al infierno! Si te gusta la comida, la bebida, la fumada, la mota o los videojuegos ¡Derechito al infierno!  ¿Pues de que se trata? ¿De ser virgen, flaco, pobre, desnutrido y amargado? Eso no es ser feliz. Y bueno, no concibo la felicidad sin un poco de buen rock y una bella mujer a tu lado. Y un playstation con su respectiva pantalla de 80 pulgadas y un buen sonido.
Un día tuve un gatito y lo quise mucho. Duro conmigo como dos años y una noche como todas las demás noches, salio a jugar y a parrandear con los de su misma especie. Por la mañana esperaba verlo como todas las mañanas, en la puerta de la casa, esperando a que le dejara entrar y pasar el resto del día dormido, soñando en las travesuras que hizo la noche anterior. No lo encontré y pensé que a lo mejor se había encontrado a una linda gatita y andaba "perpetuando la especie", así que me fui a trabajar. Regresé a la casa a la hora de la comida y baje del carro y al momento de abrir la puerta, escuche un maullido que venía de la calle. me voltee y no vi nada pero el gatito volvió a maullar y lo pude ubicar abajo del coche del vecino de enfrente. Mi gato estaba herido. Lo lleve al veterinario y me dijo que un perro lo había mordido y las mordidas le habían perforado un pulmón y la columna vertebral. El gatito estaba sufriendo mucho y me dijo que lo mejor era "dormirlo". La decisión siempre es difícil pero era lo mejor. Me dio dos minutos para despedirme. Yo creo que el dolor que tenía mi gato era insoportable pero no se quejaba, me miro con tanto amor y en sus ojos pude ver lo feliz que había sido y entendí que él sabía que ese era nuestro último momento juntos. Me dio las gracias a su forma, lo acaricie y le dije que era mi gatito favorito y que nunca lo olvidaría. Mis lágrimas se me escaparon y lo bese y me despedí. Entonces pensé en el cielo y supe que mi gatito no podía ir a otro lugar mas que a ese. Un lugar donde él pudiera ser feliz, salir a hacer travesuras con millones de otros gatitos por las noches y cuando ya todos se cansaran amanecería y todos dormirían en una caja de cartón con muchos trapos como a ellos les gusta y luego despertarían y se tirarían al sol durante unos minutos y regresarían a dormir para luego volver a despertar, comer e ir a su arenero a tirar lo que no sirve y estar listos para la noche. En el cielo de los gatos no habría perros que los atacarán, mas bien habría perros que serían sus amigos y todos jugarían felices. En el cielo de los gatos y de los perros también habría pajaritos, ratones, peces, vacas, cerditos, jirafas, delfines y hasta dinosaurios. Todos vivirían felices y en paz. El único animal que esta prohibido es el hombre, porque el hombre tiene su propio cielo que en verdad es su propio infierno.
Al final de cada día no sé si hice las cosas bien o las cosas mal, eso lo decidirá alguien mas. Ahora entiendo que no existe ni cielo ni infierno, lo único que hay es lo que hay. Si al final de todo este corto viaje me dijeran que hice las cosas bien y que puedo elegir a donde ir, sin pensarlo pediría ser el primero el en otro cielo. En el cielo a donde van los seres que realmente te quieren como eres y por lo que eres. El cielo de las mascotas.

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