El Radio parte 1


El aparato era viejo. algunos por sentimentalismo le dicen "antigüedad" pero la verdad era que estaba viejo y no servía. Al menos eso era lo que le escuchaba decir al abuelo cuando lo descubrí en una caja de cacharros que iba directo a la basura. En ese entonces yo era un niño de 9 años al que le encantaba tener cosas y si se podían abrir o eran susceptibles a ser reparadas pues ahí estaba yo, el futuro ingeniero que cambiaría el destino del planeta. El sueño de todo niño.
Pero como dicen por ahí: "Ten cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir."
El radio era marca Telefunken y era de un color amarillo brillante ya opacado por el tiempo y la falta de limpieza por sabrá dios cuantos años. Tenía dos perillas al frente y cuatro botones en la parte de arriba, bajo la indispensable agarradera que lo hacia "portable" aunque pesaba unos 5 kilos, casi el límite de lo que podía cargar a esa edad. Era uno de esos radios de tres bandas que fue bastante popular en algún tiempo, el "AM" era lo más común, la "FM" casi no existía y la "onda corta" era un emocionante experimento ya que si las condiciones meteorológicas lo permitían, podías escuchar idiomas raros y fascinantes o en su defecto "ruidos"bastante extraños y alucinantes. El dial indicador era de un rojo intenso y la pantalla que tenía los "numeritos" estaba un poco rayada y con algunas grietas debido principalmente a golpes o caídas que habrá sufrido en sus buenos tiempos.
Una vez que había rescatado "mi radio" de un destino nada digno, me dispuse con singular alegría a darle una buena limpieza con algunos trapos que conseguí de la cocina sin que mi madre se enterara y con un poco de agua comencé a limpiarlo. Mi habitación tenía un solo enchufe de electricidad así que después de la profunda limpieza que dedique a mi nueva adquisición quise comprobar por mi mismo aquello que el abuelo decía de que no servía más mi radio; así que procedí a conectarlo al enchufe y hecho esto gire el botón de encendido y que a la vez servía de volumen. Los otros tres botones eran de tipo "push", esos que tenias que apretar para seleccionar la banda adecuada y solo una de ellos podía estar apretado ya que si apretabas otro los demás se "desapretaban". El botón de "AM" estaba apretado en ese momento y me dedique a mover con mucha expectación una de las perillas que desplazaban el dial a través de la pantalla de los "numeritos". Y no encontré mas que ruido de estática. Lo mismo paso cuando cambie de banda al "FM". Lo segunda perilla era para hacer un ajuste fino pero al parecer no funcionaba tampoco ya que me había dedicado a moverla casi con precisión milimétrica y no había logrado nada. Un poco mas que decepcionado decidí que mi nuevo radio era realmente material para el bote de la basura y casi involuntariamente apreté el botón de "onda corta" y comencé a mover las perillas para sintonizar aunque sea algún "mensaje codificado de los extraterrestres" o algo que se le pareciera. El ruido de la estática volvió a llenar la soledad de mi habitación y como los niños de 9 años no teníamos mucha paciencia para una investigación dedicada y de larga duración, decidí que era suficiente y que sería mejor salir a patear un balón de fútbol así que comencé por patear al radio y enviarlo a sentir la suave caricia de una bella pared. Me di la vuelta enojado por tanto tiempo dedicado y perdido y cuando abrí la puerta para salir de pronto escuché una voz que sonaba detrás mio, un poco distorsionada pero clara y fuerte. Giré en redondo y corrí al aparatejo que estaba tirado con la cara dando al suelo. Lo recogí y moví la perilla de ajuste fino para quitar la distorsión que se escuchaba y entonces escuche claramente una voz de un locutor que daba la noticia con un dejo de tristeza. Al parecer habían asesinado a un señor muy importante que era cantante afuera de su departamento y su nombre se me quedo grabado para toda la vida. Escuche con atención la noticia y entonces recordé que mi papá tenía un disco de ese señor que acababan de asesinar. Apague el radio y salí para buscar a papá y le platique que en el radio había escuchado que un tal "John Lennon" había muerto. Mi papá sonrió y me dijo: "No Ricardo, tu radio esta descompuesto, John Lennon nunca se va a morir, mejor vete a jugar fútbol y déjate de andar inventando cosas como esas." Lo mire y pensé que quizás tenía razón y yo había escuchado mal o el locutor del radio estaba confundido. Como quiera que sea, tome el consejo de papá y me fui a jugar fútbol con mis amigos.
 Esa tarde del 7 de Diciembre de 1980 cambiaría toda mi vida y sin saberlo en aquel momento, también la de todo el mundo.

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